Sin caridad no hay salvación



Responsabilidad mediúmnica

mayo 8, 2025
mayo 8, 2025

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Una reunión mediúmnica seria, a la luz del Espiritismo, es constituida por un conjunto operacional de alta calidad, frente a los objetivos superiores que se desea alcanzar. Tratándose de un emprendimiento que se desenvuelve en el campo de la energía, requisitos graves son exigidos, de forma que sean conseguidas las realizaciones, paso a paso, hasta la etapa final. No se trata de una actividad con características meramente transcendentales, sino de una labor que se fundamenta en la acción de la caridad, teniendo en vista a los Espíritus a los cuales es dirigido.

Formada por un grupo de personas responsables y conscientes de lo que deberán realizar, recibieron preparación anterior, de modo para corresponder a los menesteres a que todos son convocados para ejercer, en el santificado lugar en que se programa a su realización. Debe componerse de conocedores de la Doctrina Espirita y ejercer la práctica de la caridad bajo cualquier aspecto posible, de manera para conducir créditos morales ante los Soberanos Códigos de la Vida, así atrayendo a las Entidades respetables y preocupadas con el bien de la Humanidad.

Resultado de las dos uniones de servidores lucidos – desencarnados y reencarnados – que tienen como responsabilidad primordial mantener la armonía de propósitos y de principios, a fin de que los labores  programados sean realizados en perfecto equilibrio. Para ser alcanzada esa sincronía, ambos segmentos se comprometen a atender los compromisos específicos que deben ser ejecutados.

A los Espíritus orientadores compete la organización del programa, diseñando las responsabilidades para los cooperadores reencarnados, al tiempo en que se encargan de producir la defensa del recinto, la selección de aquellos que se deberán comunicar, proporcionando mecanismos de socorro para antes y después de los atendimientos.

Confiando en el equipo humano que asumió la responsabilidad por la participación en el trabajo de graves consecuencias, moviéndose, desde las vísperas, estableciendo los primeros contactos psíquicos de aquellos que se comunicarán con los médiums que les servirán de instrumento, desarrollando afinidades vibratorias compatibles con el grado de necesidad que tienen. Se encargan de orientar a aquellos que se comunicaran, auxiliándolos en el entendimiento del mecanismo mediúmnico, para evitar choques y daños a los aparatos psicofónicos atormentados como a las psicográficas de consolación moral y de orientación.

Cuidan de vigilar los comunicantes, resguardando a los componentes de la reunión de agresores y de disturbios derivados de la agitación de los enfermos mentales y morales, bien como de las distonías emocionales de los perversos que también son conducidos al atendimiento.

Se encargan de orientar el criterio de las comunicaciones, estableciendo de manera prudente su orden, para evitar tumulto durante el ministerio de atendimiento, así como impidiendo que el tiempo sea malbaratado por inconsecuencia del paciente desencarnado. Nunca improvisan, ya que todos los detalles de la labor son debidamente examinados antes, y cuando algo ocurre que no estaba previsto, existen alternativas determinantes que impiden los desequilibrios en el grupo.

Equipamientos especializados son distribuidos en el reciento para una utilización oportuna, dado que preservan el pensamiento elevado al Altísimo… Conjuntamente, caben a los miembros reencarnados las responsabilidades y acciones bien definidas, para que el grupo se mueva en armonía y las comunicaciones fluyan con facilidad y equilibrio. Todo el conjunto es resultado de interdependencias, de uno como de otro segmento, formando un todo armónico.

A los médiums es imprescindible la serenidad interior, a fin de poder captar los contenidos de las comunicaciones y las emociones de los convidados espirituales al tratamiento que necesitan. La mente equilibrada, las emociones bajo control, el silencio intimo, proporcionan el perfecto registro de los mensajes de que son portadores, contribuyendo eficazmente para la purificación de las aflicciones de sus agentes.

El médium sabe que la facultad es orgánica, manteniéndose en clima de paz siempre que sea posible, no solo en los días y en las horas reservadas para las tareas especiales de naturaleza socorrista, ya que Espíritus ociosos, vengadores, insensatos que envuelven el planeta se encuentran atentos para generar dificultades y establecer conflictos entre las criaturas desprevenidas. Por otro lado, el ejercicio de la caridad en el comportamiento normal, el estudio continuo de la Doctrina y la serenidad moral, le son de gran valía, porque atraen los Espíritus nobles que anhelan por crear una nueva mentalidad entre las criaturas terrestres, superando las perturbaciones ahora vigentes en el planeta.

No es, pues, responsable solamente el medianero, aunque gran parte de los resultados dependan de su actuación dignificadora, lo que le constituirá siempre motivo de bienestar y de felicidad, por descubrirse como instrumento del amor a servicio de Jesús entre sus hermanos.

A los psicoterapeutas de los desencarnados es impositivo fundamental el equilibrio personal, a fin de que sus palabras no sean vanas, y estén cimentadas por el ejemplo de rectitud y de trabajo a que se afervoran. Su verbo será mantenido en clima coloquial y sereno, dialogando con ternura y compasión, sin el verbalismo inútil o la presunción salvacionista, como si fuese portador de una elevación irretocable.

Los sentimientos de amor y de misericordia igualmente deber ser acompañados por los compromisos de disciplina, evitando diálogos demorados e insensatos hechos de debates inconsecuentes, teniendo en vista que la oportunidad es de socorrer y no de exhibicionismo intelectual.

El objetivo de la psicoterapia por la palabra y por las emanaciones mentales y emocionales de bondad no es el de convencer al comunicante, sino el de despertarlo para el estado en que se encuentra, predisponiéndolo a la renovación y al equilibrio, en él iniciándose el despertar para la vida corporal.

Conducirse con disciplina moral en el día a día de la existencia, es una cuestión exigible a todos los miembros del grupo, a fin de que la amistad, el respeto y el apoyo de los Benefactores nos ayuden en la conquista de sí mismos.

En una reunión mediúmnica seria, no hay lugar para disimulos, resentimientos, antipatías, censuras, porque todos los elementos que la constituyen tienen carácter vibratorio, dando lugar a sintonías compatibles con la carga emocional de casa onda mental emitida. De ese modo, no hay porque alguien preocuparse en engañar al otro, ya que, si lo hace, la problemática solamente a el mismo le perturbará.

Al equipo de apoyo se reservan las responsabilidades de la concentración, de la oración, de la simpatía a los comunicantes, acompañando los diálogos con interés y vibrando a favor del enfermo espiritual, a fin de que pueda asimilar los contenidos saludables que le son ofrecidas.

Nunca permitirse adormecer durante la reunión, bajo ninguna justificativa en que el fenómeno se le presente, porque ese comportamiento genera dificultades para el conjunto, siendo lamentable permitirse eso…

A los médiums pasistas caben los cuidados para mantenerse receptivos a las energías saludables que provienen del Mundo Mayor, canalizándolas para los transeúntes de ambos planos en el momento adecuado. Todo el movimiento entre las dos esferas de acción deben acontecer suavemente, como en un centro quirúrgico, que lo es, de modo para reflexionar en la seguridad del atendimiento que se realiza.

Los círculos mediúmnicos serios, que atraen a los Espíritus nobles y que encaminan para sus trabajos aquellos desencarnados que le son confiados, no pueden ser resultados de improvisaciones, pero si de una programación superior.

Los miembros que los constituyen estarán siempre atentos a los compromisos asumidos, de forma que puedan cooperar con los Mentores en cualquier momento que sea necesario, incluso fuera del día y horario establecidos.

Puntualidad de todos en la frecuencia, acometimiento de conducta en el ambiente, devoción durante los trabajos y alegría por encontrarse a servicio de Jesús, son requisitos indispensables para los resultados felices de una reunión mediúmnica seria a la luz del Espiritismo.

Manoel Philomeno de Miranda

( Página psicografada por el médium Divaldo Pereira Franco, en la reunión mediúmnica. De la noche del 28 de agosto del 2007, en el Centro Espírita Camino de la Redención, en Salvador, Bahía.) Traducido por Jacob.

Post tomado del blog AKARDEC

Doctrina Espírita

“La humildad es la clave de nuestra liberación”.

— Chico Xavier

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