¡Aunque no lo reconozcas, de pronto, semejante verdad, ellos te ven y te escuchan!
En la medida de lo posible, ¡te siguen los pasos compartiendo problemas y angustias!
¡Compadécete de los que te precedieron en la Grande Renovación!
Aquellos que viste partir de manos desfallecientes en las tuyas, donándote los últimos pensamientos terrestres, a través de los ojos fijos en los tuyos, no están muertos.
Entraron en nuevas dimensiones de existencia, pero prosiguen de corazón vinculado a tu corazón.
Te señalan el afecto y te agradecen el recuerdo, sin embargo, casi siempre se amparan en tu fe, buscando en ti la fuerza precisa para la restauración espiritual que demandan.
Muchos de ellos, todavía inadaptados a la vida diferente a que son forzados a estar al frente, piden serenidad en tu coraje y apoyo en tu amor…
Muchos, otros, yacen sumergidos en la bruma de la nostalgia, detenidos en la sed del reencuentro, ante las requisiciones continuadas de tus pensamientos de angustia.
muchos otros te siguen todavía…
Aquellos que se despidieron de ti, después de larga existencia, bendiciéndote la vida; los que amaste, indicándoles el camino para las esferas superiores; los que levantaste hacia la luz de la esperanza y aquellos otros que socorriste un día, con el beso de la amistad y de la beneficencia…
Todos te agradecen, extendiéndote los brazos en el sentido de auxiliarte a transponer los caminos que todavía te caben recorrer.
¡Auxilia a los entes queridos en la Espiritualidad, a fin de que te puedan auxiliar!
Si les recuerda la presencia y el cariño, rellena el vacío que te impusieron al alma, abrazando el trabajo que habrán dejado por hacer.
¡Sé la voz que les reconforte los seres amados todavía en la Tierra, la fuerza que les ejecute el servicio de paz y amor que no terminaron, la luz para aquellos que les lastiman la ausencia en recovecos de sombra, o el amparo a favor de aquellos que desearían continuar sustentándote en el mundo!
¡Compadécete de los entes queridos que te antecedieron en la Grande Libertad!
¡Llora, porque el dolor es fuente de energías renovadoras por dentro del corazón, pero llora trabajando y sirviendo, auxiliando y amando siempre!
Y deja que los corazones amados, hoy en el Más Allá, te enjuaguen las lágrimas, inspirándote acción y renovación, porque, en el futuro, los tendrás a todos positivamente contigo en las alegrías del Nuevo Despertar.
FRANCISCO CANDIDO XAVIER
Por el espíritu Emmanuel
Del Libro “Caminos de Vuelta”