Habitualmente, perdemos tiempo, en disgusto inútil, cuando nos hallamos en antagonismo con alguien o viceversa.
Entretando, veamos:
los demás piensan según se imaginan;
hablan de lo mejor les parece; hacen lo que les venga a los deseos;
abrazan lo que les agrada;
adquieren lo que estiman;
valorizan lo que más aman;
Inclínense hacia aquellos que los atrae;
viven con quien más se afinan;
están en el camino que eligieron;
hallan siempre lo que procuran.
Eso, con todo, no es novedad, porque todos nosotros nos guiamos por directrices idénticas: actuamos como somos y reaccionamos, conforme a nuestra voluntad, en la conducción de nuestros impulsos. La novedad es reconocer que los demás y nosotros recibiremos inevitablemente por lo que hagamos.
Alcanzando la certeza de eso, vale, por encima de todo, auxiliarnos recíprocamente, sin quejas los unos de los otros, una vez que ninguno de nosotros consigue perfeccionamiento propio sino a costa de muchas experiencias.
Frente a la realidad, vivamos con nuestras lecciones, manteniendo la conciencia en paz, y dejemos a los demás a su propio don de aprender y de vivir.
Libro Respuestas de la vida
Francisco Cándido Xavier
Espíritu André Luiz.