Las misiones de los Espíritus tienen siempre por objetivo el bien.
(…) Ellos están encargados de auxiliar al progreso de la humanidad, de los pueblos y de los individuos, dentro de un círculo de ideas más o menos amplias, más o menos especiales y de velar por la ejecución de determinadas cosas.
Algunos desempeñan misiones más restringidas y, en cierto modo, personales o enteramente locales, como son asistir a los enfermos, a los agonizantes, a los afligidos; velar por aquellos de quien se constituyeron guías y protectores, dirigirlos, dándoles consejos o inspirándoles buenos pensamientos
(…). El Espíritu adelanta conforme la manera que desempeña su tarea.
Allan Kardec.
El Libro de los Espíritus
De las Ocupaciones y Misiones de los Espíritus.