Espirita es alguien que se asegura a sí mismo ser efectivamente:
Tan confiado en las Leyes Divinas que jamás se confía a la desesperación, por más agudo que le sea el sufrimiento;
Tan optimista que nunca pierde el coraje, en las dificultades por las que se ve enfrentado, aguardando lo mejor y haciendo lo mejor que puede en las actividades de cada día;
Tan diligente que jamás abandona el trabajo, aun cuando ganancias o pérdidas lo induzcan a eso;
Tan comprensivo que fácilmente descubre los medios de justificar las faltas del prójimo;
Tan firme en los ideales edificantes que, en ninguna circunstancia, le sorprende motivos para caer en desánimo;
Tan sereno que no se aparta de la paciencia, sean cuales fueren los sucesos desagradables;
Tan conocedor de sus propias flaquezas que no encuentra oportunidad o inclinación para registrar las flaquezas de los demás;
Tan estudioso que no pierde la mínima ocasión para la adquisición de nuevos conocimientos;
Tan realista que no alimenta ninguna ilusión a su propio respeto, aceptándose hoy imperfecto o desajustado, como tal vez sea, pero siempre haciendo el esfuerzo máximo para ser mañana como debe ser;
Tan entusiasmado ante la Creación y la Vida Eterna que jamás permite vengan dificultades o pruebas a solaparle la alegría de vivir u oscurecerle el don de servir.
El espirita, en fin es alguien consciente de que Dios está al lado de todos, pero procura afirmarse, sentir, pensar y actuar incesantemente, al lado de Dios.
Espíritu Albino Teixeira
Médium Francisco Cândido Xavier
Libro Coraje